The midnight meat train, lo que cuenta es el final



El problema o la virtud de "the midnight meat train" es el final. Cuando la estaba viendo a mi me pareció tonto y facilón, pero una vez analizado en conjunto lo cierto es que hace que la película sea otra cosa, evita el habitual desenlace de serial killer movie para entrar en otra categoria. Si eso es bueno o malo lo tendrá que decidir cada espectador.
Un tipo se dedica a matar y despellejar a todo el que esté en una línea en concreto del metro a las 2 de la mañana. Ryûhei Kitamura no escatima en sangre y vísceras, las escenas de los asesinatos son efectivas y excesivas. Funcionan y mantienen el interés cuando la historia flaquea. Sangre vs personajes, ya el protagonista sigue todos los tópicos del protagonista seducido por el lado oscuro y los secundarios son o litros de sangre andante o sospechosamente pasotas, las visitas a la policia de los dos protagonistas filtran el impacto final antes de tiempo. Estropea la sorpresa final, aunque en cierto modo es de agradecer, porque ya estamos un poco hasta las narices de esos giros ridículos que solo buscan engañar al espectador más tonto.

Bradley Cooper hace de chico atontado igual que en Alias (la sombra de Will Tippin es alargada), Leslie Bibb aporta algo de carisma a la chica de la función y le da bastante entidad y Vinnie Jones pone cara de armario como siempre.

"The midnight meat train" está por encima de las típicas chorradas de pseudoterror que llegan a nuestras carteleras en los últimos años, no solo por su efectiva realización y su carga de mala leche, sino porque intenta dar la sorpresa final sin pensar que todos los que vemos películas de genero somos idiotas. Aunque a primera vista parezca todo lo contrario.

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