Hace un año, Alexandre Aja sorprendía con el remake de un film más bien mediocre de Wes Craven. Con la narración brutal que ya demostró en la irregular "Haute Tension", que pecaba de un guión absurdo con un tercio final mediocre, en "The hills have eyes" conseguía mantener la tensión sin medias tintas. Con escenas brutales y un ritmo acelerado, lo que parecía una peli de terror facilona se convierte en un survival horror ejemplar, la transformación de un pacifista en un guerrero, sobrevivir a cualquier precio.
Ahora llega la segunda parte y cuando la proyección acaba uno lamenta varias cosas. La primera es que el planteamiento inicial sería mucho más interesante si en lugar de niños-soldado, igual de tontos que níños-universitarios o niños-niñatos, los protagonistas fueran soldados preparados. Marines, para ser exacto. "Aliens", de Cameron.
Pero no.
Son niños y son tontos, como el 99% de víctimas del cine de terror. La peli arranca mal, da igual que presenten a los personajes, ya los conocemos de haberlos visto un millón de veces. Asi, lo único interesante del metraje son los ataques, las escenas donde los malos hacen de las suyas. Tiene momentos gore aceptables y cuando los protagonistas no hablan la cosa mejora una barbaridad. Pero ni rastro de la garra de Aja.
Los actores, ni bien ni mal. La dirección regular, Martin Weisz no arriesga y el resultado es una peli de terror normalita, con escenas de cierto interés. Para uno de esos sabados por la tarde en los que no sabes que hacer.
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