The fountain, conexión emocional



Pocas películas definen mejor la conexión entre el espectador y lo que ocurre en la pantalla como "the fountain". Son contadas las veces que ocurre algo así, o te implicas emocionalmente o supongo que la cosa será insoportable, porque yo estoy en el primer grupo y mi imparcialidad aquí es nula.
Hacía mucho tiempo que no me ocurría algo parecido, un nudo en el estómago de hora y media, los ojos llenos de lágrimas. Desde la primera escena Aronosfsky demuestra un lenguaje cinematográfico admirable, todo forma parte de un puzzle de tres imágenes diferentes y al acabar te deja dándole vueltas, encontrando conexiones. Aunque cuando he salido de la sala solo pensaba en una cosa, cuando la podré volver a ver.

Es cierto que si no conectas se puede convertir en algo inaccesible. Hay imágenes que fuera de contexto son chocantes (la mayoría del protagonista "futuro", con el taichi y sus levitaciones) pero hay que verlo como parte de un todo fascinante y calculado, una historia de amor, vida y muerte.

Los dos protagonistas maravillosos, Jackman espectacular secundado por una Rachel Weisz que lo borda, ambos son capaces de trasmitir más allá de lo que dice el guión. Destacar también la banda sonora de Clint Mansell, con quien el director demuestra tener bastante complicidad (después de la gran partitura para "Requiem for a dream" nos regala otra incluso mejor)

"The fountain" es una película mucho más arriesgada de lo que puede parecer, algunos la tachan de pretenciosa y de fallida. Conexión emocional, la hay o no la hay. Para mi una experiencia única, de las que pocas veces ocurren. Cine en mayúsculas.

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