Había muchas incognitas con el comienzo de la sexta temporada. Todos nos preguntábamos como Jack iba a salir de donde estaba (intentaré evitar spoilers) aunque teníamos claro que una vez lo hiciera, esa trama duraría 10 segundos. Y así ha sido, aunque sus secuelas parece que traerán cola.
Jack Bauer no es el mismo. Después de pasar por todo ese infierno (sólo podemos imaginar esos dos años, aunque físicamente las cicatrices nos dan una idea) está muy tocado. Con apenas cuatro episodios emitidos, por primera vez parece que nuestro heroe es un mortal más, el final del cuarto episodio (entre los más grandes de la serie) es escalofriante. Jack lleva demasiado peso encima y aunque ha pasado por cosas fatales (drogas, muerte de su mujer y amigos...) parece que esta vez está tocando fondo.
Entre los personajes secundarios, Bill Buchanan se confirma como un nuevo Tony Almeida, junto con Chloe son los únicos puntos de apoyo que tiene Jack en la CTU. Ambos se han ganado la simpatía del público poco a poco, de odiados a adorados en tres temporadas.
Y es que 24 es eso. Giros radicales, buenos que en realidad son malísimos, malos que son peores, muertos inesperados, bombas, terroristas. Y por encima de todos Jack Bauer.
If you don't see 24 you don't know Jack
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