Tránsito

Existen las películas malas, la que se ven venir a la legua y uno las puede ver con cierta simpatía, siempre nos solemos poner al lado del más debil. Te ries, lamentas el euro gastado o en el mejor de los casos eres un tipo tan raro que hasta hay alguna que te gusta y decides defenderla en foros de gafapastas.

Y luego existen películas como "Tránsito". Son las que, si tienes la desgracia de ver en el cine, reclamarías el precio de la entrada por estafa.
Arranque misterioso, ahora veo el futuro, ahora tu no me ves...todo muy prometedor. Pero a los cuarenta minutos ya estás cansado y te cuesta mantener la esperanza de que el director o el guionista sabían lo que estaban haciendo y las piezas del puzzle se juntarán y dirás "que tonto soy que no lo he visto". A la hora y cuarto sabes que eso no va a pasar y te dedicas a criticar por enésima vez a McGregor, que parece que no te toma ninguna película en serio y que le pagan por poner caras poco convincentes. Y después piensas "al menos esta Naomi Watts, siempre tan guapa" y de repente te das cuenta de que no sabes porque lleva casi media hora sin aparecer en pantalla. Y al rato vuelve a salir, que para el argumento es lo mismo. Se la podía haber tragado Godzilla y la historia tendría el mismo sentido.

Ah, y ese gran final. Menuda estupidez. Le pregunto a mi acompañante si se ha enterado de algo, porque interés le ha puesto. Y me dice "No, es una mierda". Y refugiado en su buen gusto me quedo más tranquilo.